13 abr 2013

Transustanciación




¿En qué momento un lector deja de ser individuo para ser lo que lee? Justo en ese momento en que uno no siente nada, ni un cosquilleo, ni el escozor de un callo, ni el latigazo de un tendón con visos de querer ir a más. Eso me hace pensar la pintura de Olga Sacharoff. Donde la escena prácticamente se divide en dos colores que se buscan con ávida desesperación para diluirse gradualmente en un fundido en gris. En la reducción de las geometrías: el libro se impone a una parte del cuerpo de la mujer en combate con el otro lado que acabará cediendo. O el secreto es ese contrapunto, esa tensión de cedo una parte y me sostengo sobre la otra, porque toda lectura es una pulsión entre lo que pensabas antes y lo que comienzas a pensar nuevamente a partir de la escritura que te llega. ¿Gesto severo? No hay contemplaciones ni disimulos ni apariencias. Si has entrado en el relato tienes que dejarte llevar por sus humores. La sangría de la estética rasga las letras como altera los colores como reconvierte las formas de los cuerpos que se engullen plácida o agitadamente unos a otros. Cuerpo libro, cuerpo lector. Más allá de la sustancia.



6 comentarios:

  1. Leer es viajar por entre las letras, dejarse llevar por las mareas de las historias que nos deleitan y nos hacen sentir el estado del protagonista, vivir sus penas, alegrías...
    La descripción en tu entrada me ha invitado a ser la mujer del cuadro.
    Saludos.

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    1. Lo describes muy bien, y eso que dices es como poco. Es tanto: podemos saber de nosotros mismos a través de textos que nos parecen lejanos. La mujer del cuadro está tan concentrada que se lee en su rostro lo que hay en el libro, ¿no crees?

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    2. Sí, creo que lee alguna historia de fantasía o romántica, algo así, poemas tal vez. Se le ve relajada, disfrutando de la lectura. Si fuese policíaca o de ciencia-ficción, sus facciones estarían más en tensión. Me he atrevido a opinar, jejejeeje.
      Saludos.

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    3. Y yo que la veo cara de mala leche de difícil interpretación...

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  2. Me destierro a la memoria,
    voy a vivir del recuerdo.
    Buscadme, si me os pierdo,
    en el yermo de la historia,
    que es enfermedad la vida
    y muero viviendo enfermo.
    Me voy, pues, me voy al yermo
    donde la muerte me olvida.
    Y os llevo conmigo, hermanos,
    para poblar mi desierto.
    Cuando me creáis más muerto
    retemblaré en vuestras manos.
    Aquí os dejo mi alma-libro,
    hombre-mundo verdadero.
    Cuando vibres todo entero,
    soy yo, lector, que en ti vibro.

    D. Miguel de Unamuno

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    1. Qué olvidado Don Miguel, el de verdad. Ya me entiendes.

      Y qué poema...verdadero. Muchas gracias. Acuna mis fantasías.

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