23 abr 2015

Pulso de titanes, de Joaquim Sebastiao Dias Henriques




Pulso de titanes no es lo que parece. No se trata de una nueva versión de La Bella y la Bestia, sino que está más bien próxima a la temática de El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Si en la primera, fábula que procede de la antigüedad, la metamorfosis se anticipa a lo que siglos después será una constante narrativa, en la de Stevenson se revela en su modernidad cercana y psicoanalítica. Pulso de titanes tampoco es una obra sobre personajes y tradiciones religiosas, aunque quiere ir más allá de éstas rozando los territorios no solo del bien y del mal, sino penetrando en las entrañas del placer y el dolor, la aproximación y la lejanía, el acercamiento y la huida, la luz y la oscuridad, la imperfección y la belleza. En este sentido se percibe desde las primeras páginas un tufo grato a mentalidad oriental y el ritmo de la narración se acomoda a un modo pausado, atemperado, que hace que el lector no sienta irritación ni agobio ante cada episodio.

"...Cuando se encontraron cara a cara el titán Marvao y el titán Clemente, se miraron fijamente a los ojos. No lo hicieron con animadversión y odio, ni siquiera con antipatía. Mantuvieron la mirada con curiosidad, se observaron en sus perímetros, atendieron los gestos del adversario. Los rostros se controlaban, evitando definirse, las manos no ejercitaban tensión alguna, los cuerpos aparentaban relajación. Tampoco se trataba de un contacto gélido y la ocultación de la voz no era por miedo sino por respeto mutuo. Se observaban y se tentaban a la vez, como si lo que les guiase en su encuentro fuera una mera curiosidad. Y aquel rasgo templado evitaba choque alguno. Era como si cada uno pensase para sí: ¿Y si yo fuera tú? ¿Y si tú fueras yo? Vinculados por la sorpresa, ninguno de ellos veía al otro de modo diferente, por más que sus fisionomías no se parecieran. Tuvieron un instante en que la tentación les pedía arrojarse uno en los brazos del otro, pero se contuvieron. Ninguno bajó la guardia, hasta que un sonido de galopada lejana se fue haciendo más evidente. En los altozanos que rodeaban el valle amplio donde se habían citado, se fue acumulando un número indeterminado de individuos expectantes."

Es en párrafos como éste en los que Joaquim Sebastiao Dias Henriques revela un poco la mentalidad absorbida durante los años que vivió en una región recóndita de Indochina. No voy a decir nada más, sino que esta novela es un nuevo intento de narrar una metamorfosis, transfiguración, transformación o cambio radical, como hoy parece nombrarse al perenne instinto humano por intentar conocerse. Pulso de titanes está editado por Ediciones Al paso al trote al galope, en una cuidada traducción de Sílvio Almeida y Carmen del Val.