Karl Lüdwerg Hohenzöllern, biógrafo del pintor simbolista Franz von Stuck, insiste en que el pintor estaba dominado cíclicamente por una corriente hipnótica. "No es que todas sus obras tengan una correspondencia con los procesos terapéuticos que se iban conociendo y de los cuales en ocasiones participaba -afirma Lüdwerg en su obra Mythologischen Blick Franz von Stuck- sino que las fuentes del mundo clásico suponían para el pintor bávaro una fijación que le conducía a identificaciones imposibles de desarrollar en el mundo real".
¿Fue esa misma fascinación la que llevó a los exaltados del nuevo orden instalado en 1933 a considerar la obra del pintor simbolista como digna de reconocimiento? Habla de nuevo el biógrafo: "En absoluto Von Stuck era uno de los suyos. Incluso murió antes de que accedieran al poder los NSDAP. Los partidarios del nuevo orden no tenían una estética original. Su recurso al clasicismo más frío no era tanto una apreciación del arte antiguo como una necesidad de secuestrar símbolos que consideraban particulares emblemas de su valor con un enfoque claramente propagandístico y doctrinal".
En cierta ocasión pública una joven interrogó a Von Stuck acerca de su obsesión por las miradas hipnóticas. "¿Quiere una respuesta extensa o una muy precisa?", dijo el pintor. Y la joven: "Oh, no es necesario que se alargue mucho en su razonamiento. Con algo suficientemente convincente me conformo". A lo que el residente de Munich contestó con extraordinaria agudeza: "Entonces, deje la copa y míreme profunda y fijamente a los ojos".