el libro a un lado y las manos piensan
        es la actitud que hace de puente
                                         el tacto que se aposenta y se recoge
¿sumisión?
naturalmente: los textos imponen su don inconfundible
no se dan por dar
no se vuelven livianos para que la lectora se esfuerce menos
no son volátiles
        o acaso sí: vuelos extensos
y profundos al territorio inexplorado
y al que se queda antiguo
       donde ella no es ya la misma
dichosa propiedad invisible que no les hace desaparecer
sino encarnarse
        y la mujer sigue tejiendo sus historias
de larga distancia
 
(Imagen: Joseph Stiglitz)
 
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