(Se levanta el telón. La escena representa el andén de una estación de bus de Brooklyn. Un vehículo calienta motores. Ella y él conversan un tanto nerviosos mientras esperan para subir al transporte que deberá conducirles a Hollywood)
Ella: ¿Estás seguro que quieres venir al Oeste?
Él: Yo voy donde tú me lleves.
Ella: No, que quede claro, yo no te llevo.Tú vienes porque te apetece y para conocer mundo.
Él: Quiero visitar otras ciudades.
Ella: Eso está bien. Pero puede haber grandes peligros.
Él: A tu lado no tendré miedo.
Ella: Pero yo no soy tu ángel de la guarda.
Él: Eso ya ha lo hemos hablado.
Ella: No te arrepentirás después, ¿verdad?
Él: ¿Me tomas por un niñato? De lo contrario no estaría aquí contigo esperando el bus de la Ruta 66.
Ella: Supongo que tendrás los billetes.
Él: Ok.
Ella: Hay mucho desierto por delante, pasaremos calor.
Él: En el desierto hay serpientes.
Ella: Pero en el bus no se van a meter, digo yo.
Él: No creas, he oído de todo. Por si acaso he traído el tirabeque.
Ella: ¿Tienes licencia para usarlo?
Él: No, pero en este país todo quisqui va armado.
Ella: Lo importante es que cuando nos bajemos en las paradas del recorrido no te separes de mi.
Él: Sabes perfectamente que soy tu perrito faldero.
Ella: Oye, Tony, no quiero tampoco que seas eso. Conque tengas cuidado, me vale.
Él: ¿Y si nos perdemos el uno del otro?
Ella: Eso no está previsto que suceda.
Él: ¿Pero si ocurre?
Ella: No ocurrirá, pero si te lías como sueles hacer a menudo te esperas al siguiente autobús.
Él: Dicen que Santa Mónica es grande.
Ella: Nos reencontraremos, seguro. Aunque sea dentro de diez años.
Él: ¿Que dices? Estás loca.
Ella: No olvides que la que quiere ser artista soy yo. Tú eres el que te has pegado.
Él: Pero no podía dejarte, amor mío.
Ella: No hubiera pasado nada si no hubieras venido.
Él: ¿A que no voy todavía?
Ella: No lo dirás en serio. Me quitarías de encima una responsabilidad.
(En ese instante suena un altoparlante avisando de la salida inmediata del autobús de la Ruta 66)
Él: ¿Te parece bonito plantear una crisis en estos momentos?
Ella: Oh, querido Tony, yo no planteo nada.
Él: Si te pones en ese plan me arrepiento y me quedo en tierra.
Ella: Mira qué bien. Dame mi billete por si acaso.
(Tony se muestra ofuscado y en un pulso con la chica le da el billete)
Él: Hablas en broma, supongo.
(La chica, sola, sube al autobús mientras los pasajeros se acomodan en sus asientos)
Ella: Oh, no te preocupes, te enviaré una postal de las playas.
Él: Déjate de bobadas y reconoce que no hablas en serio.
(Ella baja la ventanilla)
Ella: Cuando sea una artista consagrada sabrás de mi.
Él: ¿Me vas a dejar aquí?
(El vehículo hace que arranca, la luz va menguando y la voz de la chica va achicándose como si se alejara)
Ella: Yo no te dejo, ya te avisé. Ni te llevo ni te traigo ni te abandono. Además, tú...
Él: Glenda, Glenda...Eh...espera...yo...
(El autobús expele una nube de humo y la voz de Tony se pierde en el andén de la estación de Brooklyn. Queda todo a oscuras. Cae el telón del segundo acto)
Fragmento de la comedia Papá, quiero ser star, de John T. Weehawken, que se estrenó el 4 de noviembre de 1952 en el Odeon Theatre, de Manhattan. La fotografía adjunta la hizo Saul Leiter.