8 jun 2015

EpiKuro




        K. pregunta:
¿Qué clase de sed eres que incitas de ese modo a quien porta también el hontanar de la vida?

(Pero la sed no responde y la mujer sigue bebiendo)

K., curioso:
¿No sabes acaso que ella puede apagar tu brío cuando quiera y saciarse por sí sola?

(La sed se mira con espanto y sigue callada)




(Imagen cedida por Marváz)


4 comentarios:

  1. uy me hiciste acordar a Goethe en un pasaje que hace mucho leí
    muy bueno, refinado,
    saludos

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    1. Qué rubor, ¿será que Goethe y yo éramos arrieros en otra vida y nos encontrábamos por los caminos para contarnos dimes y diretes? Gracias, Omar.

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  2. Para leer en el contexto, sutil e inteligente. Un abrazo

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    1. Habría tantas preguntas que hacer sobre la sed y los sedientos...incluso sobre los que nunca se sacian.

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