18 feb 2014

Papá, quiero ser star. Comedia de John T. Weehawken




(Se levanta el telón. La escena representa el andén de una estación de bus de Brooklyn. Un vehículo calienta motores. Ella y él conversan un tanto nerviosos mientras esperan para subir al transporte que deberá conducirles a Hollywood)


Ella:  ¿Estás seguro que quieres venir al Oeste?
Él:    Yo voy donde tú me lleves.
Ella:  No, que quede claro, yo no te llevo.Tú vienes porque te apetece y para conocer mundo.
Él:    Quiero visitar otras ciudades.
Ella:  Eso está bien. Pero puede haber grandes peligros.
Él:    A tu lado no tendré miedo.
Ella:  Pero yo no soy tu ángel de la guarda.
Él:    Eso ya ha lo hemos hablado. 
Ella:  No te arrepentirás después, ¿verdad?
Él:    ¿Me tomas por un niñato? De lo contrario no estaría aquí contigo esperando el bus de la Ruta 66.
Ella:  Supongo que tendrás los billetes.
Él:    Ok.
Ella:  Hay mucho desierto por delante, pasaremos calor.
Él:    En el desierto hay serpientes.
Ella:  Pero en el bus no se van a meter, digo yo.
Él:    No creas, he oído de todo. Por si acaso he traído el tirabeque. 
Ella:  ¿Tienes licencia para usarlo?
Él:    No, pero en este país todo quisqui va armado.  
Ella:  Lo importante es que cuando nos bajemos en las paradas del recorrido no te separes de mi.
Él:    Sabes perfectamente que soy tu perrito faldero.
Ella:  Oye, Tony, no quiero tampoco que seas eso. Conque tengas cuidado, me vale. 
Él:    ¿Y si nos perdemos el uno del otro?
Ella:  Eso no está previsto que suceda.
Él:    ¿Pero si ocurre?
Ella:  No ocurrirá, pero si te lías como sueles hacer a menudo te esperas al siguiente autobús.
Él:    Dicen que Santa Mónica es grande. 
Ella:  Nos reencontraremos, seguro. Aunque sea dentro de diez años.
Él:    ¿Que dices? Estás loca.
Ella:  No olvides que la que quiere ser artista soy yo. Tú eres el que te has pegado.
Él:    Pero no podía dejarte, amor mío.
Ella:  No hubiera pasado nada si no hubieras venido.
Él:    ¿A que no voy todavía?
Ella:  No lo dirás en serio. Me quitarías de encima una responsabilidad.

(En ese instante suena un altoparlante avisando de la salida inmediata del autobús de la Ruta 66)

Él:    ¿Te parece bonito plantear una crisis en estos momentos?
Ella:  Oh, querido Tony, yo no planteo nada.
Él:    Si te pones en ese plan me arrepiento y me quedo en tierra.
Ella:  Mira qué bien. Dame mi billete por si acaso.

(Tony se muestra ofuscado y en un pulso con la chica le da el billete)

Él:    Hablas en broma, supongo.
  
(La chica, sola, sube al autobús mientras los pasajeros se acomodan en sus asientos)

Ella:  Oh, no te preocupes, te enviaré una postal de las playas.
Él:    Déjate de bobadas y reconoce que no hablas en serio.

(Ella baja la ventanilla)

Ella:  Cuando sea una artista consagrada sabrás de mi.
Él:    ¿Me vas a dejar aquí?

(El vehículo hace que arranca, la luz va menguando y la voz de la chica va achicándose como si se alejara)

Ella:  Yo no te dejo, ya te avisé. Ni te llevo ni te traigo ni te abandono. Además, tú...
Él:    Glenda, Glenda...Eh...espera...yo...

(El autobús expele una nube de humo y la voz de Tony se pierde en el andén de la estación de Brooklyn. Queda todo a oscuras. Cae el telón del segundo acto)



Fragmento de la comedia Papá, quiero ser star, de John T. Weehawken, que se estrenó el 4 de noviembre de 1952 en el Odeon Theatre, de Manhattan. La fotografía adjunta la hizo Saul Leiter.



14 comentarios:

  1. El blues del que perdió el autobús. y el de la que se perdió en un autobús.
    Creo haber degustado hasta el cáliz ambas perspectivas en distintos momentos vitales. Cuando cae el telón y se disuelvan las apariencias, creo que las posiciones se presentan como estando ahí desde siempre, y sencillamente las vamos recorriendo, intercambiando, reviviendo cada vez con mayor conciencia de que el juego siempre nos juega. Por ejemplo el de un par de ciegos jugando a hacerse daño.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Nada que añadir al comentario de Zenón. Lo comparto plenamente.
    Un placer encontrar este espacio.

    ResponderEliminar
  3. No podría ser de otra manera, algo así no se puede hacer solo por otro, tiene que haber algo propio en semejante proyecto.
    Me encanta, espero que haya mas subidas de telón
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las comedias disimulan los dramas y los dramas desfiguran más de lo vida el gran teatro del mundo.

      Eliminar
  4. En el acto siguiente, si lo hay, Tony lo mismo se da cuenta de que es mejor (aunque resulte arriesgado) que uno haga lo que quiere hacer, por sí mismo. Y quizá coja el autobús que dentro de diez años lo lleve a Glenda. O no.
    Es una escena fascinante, desde luego.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tony se frustra por no poder dar con su tirabeque a las culebras. Siempre se arrepentirá de no haber montado...simplemente por esa razón.

      Eliminar
  5. Muy buena entrada.! Y es cierto que uno se arrepiente mas por lo que dejó de hacer que por lo que hizo.Un calido saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Suele pasar, Idolidia. No sé si las frustraciones llevan al lamento más que aquello mal hecho...al menos sobre esto último puede pedirse perdón...Saludos.

      Eliminar
  6. Una escena fascinante, me ha encantado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Bonito relato. Lo conocía de un curioso volumen: Greyhound Stories". Curiosa la carga mítica de la Ruta 66, ahora la he sacado en un relato.
    Saludos. Borgo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me dejas de piedra, no tenía ni idea. Sí, una ruta ya tópica, pero no menos real, que a todos nos gustaría hacer alguna vez. Saludos.

      Eliminar