6 feb 2014

La tertulia, de Evan Roy





"Los seres más monstruosos y deformes son los que tienden a amar frecuentemente con más sinceridad, dijo sentando cátedra el doctor Rob Carlston mientras apuraba su quinto whisky puro de Aberdeen. ¿Está usted seguro, doctor?, le replicó Mc Logan desde su poltrona. Diríase que los conoce usted muy bien. ¿Ha tratado a muchos? A suficientes como para comprobar la necesidad de afecto que manifiestan en cuanto te acercas a ellos y les hablas con campechanía, respondió el doctor. ¿Tanto valor tiene usted para aproximarse a ellos sin mayor prevención?, se atrevió a preguntar Kenny el carnicero. Si tengo suficiente ánimo para verme con ustedes todos los días, ¿cómo no voy a tener valor para tratar a esos seres excepcionales?, respondió el doctor Rob. Hubo una risa mordaz y contenida a regañadientes, sin que los contertulios acertaran a saber si les criticaba o les salvaba de meterles en el mismo saco. Mc Logan rompió el instante gélido y azuzó al doctor. ¿Cómo aman sus pacientes tullidos o tarados? Cuéntenos, doctor. Muy fácil, respondió éste. Aman sin prisa, sin esperar nada a cambio. La mayoría tienden la mano y se conforman con una caricia. Si el tacto se acompaña con unas palabras pronunciadas en un tono afable y melodioso ellos entran en un estado de amodorramiento, que no de inconsciencia. Siguen esperando más señales y ahí el siguiente paso depende de quien esté dispuesto a intercambiar un cierto tipo de entrega, también sin exigir nada a cambio. El pastor Edward Parr, que había estado bastante callado todo el rato, tomó la palabra. No me diga, doctor Carlston, que los monstruos o, mejor dicho, y rebajemos por caridad el tono del calificativo, cualquier clase de impedido físico o mental podría o debería ser recibido por una mujer normal. ¿Se imagina que en nuestra comunidad proliferase tan extraño tipo de contacto entre esos desdichados individuos degradados y cualquiera de nuestras esposas o hijas? El doctor miró al pastor a los ojos, luego calculó la distancia entre sus cejas y le espetó: usted, amigo Edward, no imagina cuántas visitas recibo en mi consulta de mujeres de buena posición. No tienen inconveniente en reconocer que vienen huyendo de lo que llaman sus monstruos domésticos y normales porque dicen preferir a los ocasionales. El religioso mudó su faz y se sirvió un doble malteado de doce años."



Fragmento en primicia de La tertulia, del escocés Evan Roy, de próxima aparición en primavera. La fotografía es de Anders Petersen, de la serie del Café Lehmitz.




18 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Las tertulias siempre han tenido cierto grado de impiedad, me da la impresión. Saludos.

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  2. Me gusta la ironía con que responde el doctor Rob Carlston...una tertulia muy amena..


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    1. Los que se saben con una cierta ascendencia sobre el resto se permiten ironías y críticas mordaces incluso con los propios.

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  3. Un texto interesante.Creía en todo lo contrario Que estas personas en su amargura no les importa maltratar y desquitarse con otros su infelicidad.Siempre se aprende algo.Un cálido saludo.

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  4. Un texto muy agradable de leer, con ironía y golpe bajo al final que provoca cierta mueca de risa. Aunque el empleo de las palabras 'tender a amar más sinceramente' me sigue resultando un uso abusivo e incorrecto de los términos afectivos en general. Pero en fin, supongo que habrá que acostumbrarse a hablar del amor como del afecto, la necesidad del afecto, etc. Es ya demasiado habitual.
    Beso,

    Nená de la Torriente

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    1. Así que los términos afectivos sufren un un uso y abuso con el lenguaje, ¿no? ¿Y con la misma expresión del sentimiento? Bueno, bagatelas. También supongo que el amor tiene distintas connotaciones.

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  5. Efectivamente, eso nos pasa. Y Caín creo recordar, también era pastor...

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    1. El conflicto, siempre el conflicto. ¿Caínes contra Abeles? ¿O Caínes todos al fin y al cabo, pastores o borregos?

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  6. está bien, una atmòsfera como de Poe. Antigua, llena de humo y olor a leña de la chimenea de la biblioteca. Sí.

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  7. Reunió ideal per a filosofar, amb els efluvis i el color d'ambre del bon wisky. Mentrestant, surten les veritats com si fossin casuals.

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    1. Y las bárbaras, terribles, amorosas crueldades, que diría Gabriel Celaya. ¡Gracias!

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  8. Me ha gustado mucho, especialmente el contexto acompañado de cálido whisky y en mi imaginación también tabaco. Muy categórico el doctor en su afirmación pero adoro el modo en que da respuestas, de esa forma en que no es posible réplica, en que no se sabe cómo reaccionar o que cara poner, solo queda, como bien se describe, otro doble en la garganta.
    Un abrazo

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    1. Y entre wiskhey, tabaco y carrasperas varias, los talantes de los personajes. Mondo feroce.

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  9. A los freaks los vemos en el circo, desde la platea nos tomamos el malta o un jerez, depende, opinamos.
    La "diferencia" jamás se soporta, molesta (la que sea), hay que ponerla en un escenario, luego, exterminarla con los métodos de cada momento.
    Siempre me ha fascinado esa mirada hacia lo extraño que amenaza el sistema, aldea, barrio, estado, comunidad de vecinos, la reacción siempre es de defensa, sofisticada o linchamiento.
    No és casual la reacció dels dos observadors, es absolutament calculada.
    Salve!

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    1. La reacción, reacciones...¿motivadas por temores e inseguridades que imaginan? Hay mucho de eso de "yo llegué primero". Lo vamos a escuchar con frecuencia. Salut!

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