13 dic 2013

Reencuentro





Vergogna, vergogna, gritaba la mitad de Gregorio para justificar su ausencia. Tenías que haber dicho más bien scham! respondió en un turbio y oneroso alemán la otra mitad de su cuerpo, mientras se restregaba con la arista de una esquina. Lo diga de una manera u otra no he tenido vergüenza, es verdad, soltó el Gregorio más humano. Demasiado tiempo he tenido abandonado este jardín florido de relatos intrascendentes, mientras crecía tu costra. ¿A que más de una vez habías pensado que ya era todo tuyo, bicho inmundo? La mitad insecto de Gregorio no se da nunca por aludida, pues sabe que antes o después el hombre será de su especie en la totalidad. No tengo prisa, Gregorio, por mí puedes callar o seguir hablando; puedes quejarte o ensalzar; puedes injuriarme o hacer que me adoras. Estás destinado a ser yo. Cuando escucha al insecto demediado Gregorio se queda callado y se mira. Hoy he perdido un trozo de pierna, ayer fueron los dedos de los pies, hace unos días mis rodillas cambiaron la posición y su rotación es inversa...El hombre Gregorio repasa sus pérdidas mientras el monstruo ex Gregorio le contempla con unas órbitas diferentes y aletea con sus tentáculos peludos. La próxima vez no tardes tanto, dice apenado el nuevo Gregorio al antiguo. Te he traído una flor de mi viejo mundo, le dice el Gregorio hombre. Dicen que hay que apaciguar a los monstruos o cantando o haciendo sonar música o trayéndoles una hermosa flor. Dank! Dank!, repitió el ser extraño que ya no sabía qué era una flor. Tal vez este obsequio no podrá parar que tú acabes siendo yo, pero acaso ni yo llegue a ser el engendro para lo que parece que voy destinado. El recién llegado habló enternecido: ¿Te parece que coloque la flor en un jarrón de vidrio, mi otro Gregorio? Pero el Gregorio parásito se había contraído, anhelando no avanzar un milímetro más de aquella posición.





8 comentarios:

  1. Muchos Gregorios, qué mareo...pero me gusta el reencuentro :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eh, ciertamente va de Gregorios que parecen el mismo y son diferentes, ¿o no? Gracias por soportarlo.

      Eliminar
  2. Dank, Dank, la flor en el florero y los dos gregorios de vuelta kafkiana, reencontrados.

    ResponderEliminar
  3. El vértigo de los extraños laberintos del castillo, de las ramificadoras reglas no escritas del proceso, y ahora el Samsa reencontrado que se agazapa de su propia flor por monstruosa y fuera de lugar tan en su sitio...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El eterno reencuentro. Por mucho que el hombre se rechaza a sí mismo siempre sigue buscándose. Para hallar ¿qué lado de sí mismo?

      Eliminar
  4. Reencuentro por todo lo alto. Samsa vuelve a ponerse las antenas. Qué buena noticia.
    He escrito un relato corto muy al estilo de Kafka, "Infestación", si quieres te lo envio por mail.
    Saludos. Borgo.

    ResponderEliminar