22 feb 2013

¿Todo arde?, el pesimismo de Liens Liaison



Todo arde alrededor. Arden hasta las alegorías en medio de su euforia. Tal vez se quemen con el resto. El abstraído, mientras, lee. La clave no reside en la lectura. Tampoco las masas le siguen. Las masas se contentan con la llamarada que hay detrás. Hay un gesto que me intriga. La mano entre la nariz y el labio. Una actitud escéptica. Algo que lee le cuesta entender. O aceptar. Tiene el entrecejo demasiado cerrado. Mala señal. ¿No encaja la lectura con el incendio?

La imagen de Clifford Harper podría representar sintéticamente el argumento. Incluso podría sustituirlo, pero entonces, ¿qué sería de los editores y del pobre autor? ¿Todo arde?, novela póstuma de Liens Liaison, es la historia de una época que dicen que se termina pero a cuyo protagonista le importa escasamente si acaba o no. Mientras la sociedad se paraliza, las autoridades muestran su lado más duro, los moralistas se rasgan las vestiduras de sus propias contradicciones y cunden los falsos profetas (los profetas siempre son falsos) el protagonista, Tadeusz Winters, se abandona enloquecidamente a la lectura. Harto ya de lo que cuentan pero no dicen las novelas modernas él se entrega con fruición a los clásicos. Hay un pasaje del libro donde lo expresamente claramente en diálogo con su amante Juliana Billows:

" - Cuanto más leo de lo escrito hace cientos de años menos me interesa lo que se escribe hoy. Todo está dicho allí. Se podrá debatir si los estilos, si la novedad de enfoque, si los temas de actualidad.¿Temas de actualidad? La actualidad esencial de lo que hoy vivimos ya se vivía en tiempos de Terencio o mucho antes, de Esquilo, de Eurípides. Ellos lo captaron muy bien y lo transmitieron con términos medidos y claros. 

  - Pero ¿no te parece que es aburrido trasladarse a lo antiguo, Tadeusz?

 - ¿Aburrido? Lo tedioso es soportar hoy doscientas o trescientas páginas para llegar a una sustancia que se podría resumir en diez. Cada línea de un texto clásico es quintaesencia de la literatura."




Novela polémica, tanto por su obsesión por cuestionar las modas literarias como por la valoración escéptica acerca de los cambios sociales, no dejará indiferentes -como se suele decir de modo pedante-  a cuantos lean ¿Todo arde?. Y si no les deja indiferentes que al menos se sientan impávidos, es decir, serenos ante el riesgo de tener que afrontar una novela más que podría decir poco. Y que dice lo justo.

Edición cuidada, aunque disiento de la tipografía empleada, a cargo de El ángel exterminador Ediciones.



(Imágenes de Clifford Harper)


6 comentarios:

  1. El que expliques ve a ser una mostra de l'abstracció que produeix una lectura interessant, capaç d'aïllar l'individu de la massa.
    Ara bé, no caiguem en l'error de dir que no cal llegir el que es publica ara perquè el d'abans era millor. Aquesta 'boutade' la diu una escriptora actual molt coneguda, i si la creiem, no la llegirem mai, i ella continuarà escrivint... sense adonar-se de la seva estupidesa.

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    1. Tu interpretación inicial es la correcta. Aislamiento (relativo) del individuo frente a la masa y al riesgo de oleaje populista de los tiempos, que pueden ser cantos de sirena como poco. Y concentración en la lectura como remedio para los males y amarguras cotidianas

      Líbreme el cielo de restar la importancia precisa y justa de lo que hoy se escribe, aunque no es oro todo lo que reluce, ni por el forro. Por otra parte, mi versión es un tanto histriónica y exagerada. Incluso provocadora. No sé qué escritora dice que todo texto antiguo era mejor y no hay que leer lo de ahora (se admite el soplo) pero cualquier reducción, en cualquiera de los sentidos temporales al uso, es equívoca y peligrosa, no me cabe duda.

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  2. inteligente entrada,
    gracias por compartir, un abrazo

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  3. Todo arde menos los clásicos, a ellos también los cribaron porque hubo tostones clásicos por el tiempo en que fueron escritos, infumables. Todo arde pero no todo merece ser quemado, en saber escoger está la cosa, sea nueva o "vieja", lo de menos estilos, modas, corrientes, ismos y asnos, jejeje.
    Buenos y sugerentes linoleums. Besito.

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    1. Debió haber clásicos y medievales infumables. El ama, el cura y la sobrina esquilman la biblioteca de Alonso Quijano, dejando lo imperecedero y trancendente (en criterio de Don Miguel)

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